No quiero entenderlo
>> miércoles, 1 de abril de 2009
No me atrevía a actualizar el blog sin antes dedicar una entrada a esto, pero del mismo modo, no encontraba las palabras para escribirlo. Pero aquí estoy, por fin, con casi una semana de retraso.
Es extraño. No puedo decir que me duela horriblemente porque no es verdad. A pesar de los años que pasé bajo su cuidado, de los veranos en que me acogió en su casa, nunca acuné ningún sentimiento de afectividad. O eso pensaba hasta que ocurrió. Entonces me puse a pensar en todos los días de mi vida en los que había estado él, y en la forma en que, sin más, desaparecían. Sí, los recordaré siempre. Pero no me gusta pensar que, ahora más que nunca, forman parte del pasado. Me duele porque fue lo más cercano que tuve a un abuelo. Nunca conocí al padre de mi padre, pero a él sí. Tengo grabado a fuego en mi mente aquella vez que se trajo un pony y nos subió a todos para pasearnos por toda la Casilla. Nunca olvidaré ese pantalón gris que siempre llevaba para trabajar en el campo, sin camisa. Ni tampoco las tardes de verano en las que estaba ahí sentado fuera de la casa pelando abichuelas.
Y todo eso se ha ido, sin más. Ni siquiera soy capaz de escribir algo mejor que esto, y se lo merece. Pero no puedo. No puedo.
Sólo... Joder.
Hasta siempre.
Es extraño. No puedo decir que me duela horriblemente porque no es verdad. A pesar de los años que pasé bajo su cuidado, de los veranos en que me acogió en su casa, nunca acuné ningún sentimiento de afectividad. O eso pensaba hasta que ocurrió. Entonces me puse a pensar en todos los días de mi vida en los que había estado él, y en la forma en que, sin más, desaparecían. Sí, los recordaré siempre. Pero no me gusta pensar que, ahora más que nunca, forman parte del pasado. Me duele porque fue lo más cercano que tuve a un abuelo. Nunca conocí al padre de mi padre, pero a él sí. Tengo grabado a fuego en mi mente aquella vez que se trajo un pony y nos subió a todos para pasearnos por toda la Casilla. Nunca olvidaré ese pantalón gris que siempre llevaba para trabajar en el campo, sin camisa. Ni tampoco las tardes de verano en las que estaba ahí sentado fuera de la casa pelando abichuelas.
Y todo eso se ha ido, sin más. Ni siquiera soy capaz de escribir algo mejor que esto, y se lo merece. Pero no puedo. No puedo.
Sólo... Joder.
Hasta siempre.
2 huellas:
es todo una mierda, siempre.
:(
Y que lo digas....
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