Bucles sin final (desvarios más bien)

>> miércoles, 22 de abril de 2009

Apaga la luz que el sol ya empieza a molestar. No insistas que hoy no pienso ser responsable. Vengo borracho de sueños rotos e ilusiones heridas en combate. Admito que de cerveza también.


¿Y tú, cómo estás? Dentro de mi cama, ya lo sé. No me preguntes cómo llegaste porque eso sí que no lo sé. Espero haberlo pasado bien. ¿Sabes tú cómo fue?



Sí, es mejor que te vayas. Cinco minutos más en mi cama y no podrás decir que simplemente te emborrachaste. Si gritas palabras sin sentido es tuya la batalla. Joder, lárgate. Déjame a solas con el silencio y mi resaca. Tal vez con suerte el dolor de cabeza no me deje pensar. Pensar me hace beber. Beber me hace olvidar. Olvidar me hace intentar recuperar lo perdido y otra vez vuelta a empezar.



Mierda. Necesito un chupito más de tu cuerpo, una caladita de ese aliento tuyo que me recuerde lo que es el calor. Tengo frío y no me siento. ¿Por qué ya no me quiere tu edredón? Antes, que hablábamos de sueños y de ilusiones que no estaban rotas. Antes, que peleábamos cuerpo a cuerpo por tu sabor. No me digas que no lo recuerdas, cuando yo muero entre mi propia mierda cada vez que lo pienso y siento el mismo dolor. ¿No me ves, aquí borracho? Tan extraño de mí mismo que no puedo creer que sea yo. Tan vulnerable y patético, tan triste y quieto que me pregunto si no seré yo quien ha muerto en lugar del dulce recuerdo de tu voz.


Joder, estoy pensando; añorando tu cariño y tus dedos en mi espalda, tus besos perdidos y tus infinitas palabras. Extraño tu sonrisa; muero por volverla a ver, aunque no sea yo quien te la provoque. Así, volverá ese nudo en el estómago. Ganas de vomitar, ganas de perder. Ganas de llorar, y ganas de beber.


¡Vuelta a empezar!

About This Blog

Lorem Ipsum

  © Blogger template Sunset by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP