Quiero...

>> jueves, 26 de febrero de 2009


En mi decisión de corresponderte no te pido que me ames, sino que puedas volver a amar.
En mi ilusión de tenerte no te pido que te quedes, sino que puedas avanzar.
En mi miedo a quererte no te pido que me esperes, sino que me puedas enseñar.

En el caso de aprender, no te pido una promesa. Sólo quiero un beso. Tal vez dos.

En la incertidumbre del mañana, sólo te pido un hoy.

No quiero un ayer. Ayer ya pasó...

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Dime

>> miércoles, 25 de febrero de 2009


- ¿Qué es la imaginación?

- Es ese rincón de nuestra mente donde elaboramos soluciones prácticas, a través de cosas reales y verídicas, para seguir con nuestra vida.

- ¿Por ejemplo?

- El momento en el que pienso que algún día seré capaz de dejar estos sentimientos masoquistas que tengo hacia ti, yéndome a cualquier otro lugar.

- Si eso es así... Entonces, una fantasía, ¿qué es?

- Un mundo de imposibles.

- Dime una.

- Tú... existiendo solo en mis sueños.

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Bla, bla, bla

>> martes, 24 de febrero de 2009

Empiezo a replantearme seriamente si es que tengo cara de necesitar que todos los Testigos de Jehová del mundo me salven de las llamas del Infierno, o qué. Ya no lo digo por el hecho de que llamen a tu puerta dispuestos a hablarte de Dios y de todo lo que estamos haciendo mal en la vida -que, coño, yo no voy molestando a la gente en sus casas para contarles mis teorías, ¿por qué ellos sí?-, que ya me pillaron una vez en un día que me apetecía charlar y nos sentamos ahí en el rellano de mi puerta a arreglar el mundo, sino que ya más de una vez me han parado en la calle para intentar convencerme de que soy una desgracia de persona. De tantas personas que vamos por la calle, siempre yo. Me lo voy a tomar a pecho, joder.

Hoy por ejemplo ha sido uno de esos días. Volvía de clase cuando, sin más, un hombre vestido de traje me paró de repente y me dijo que quería hablar conmigo. Imaginad mi cara. ¿Hablar conmigo de qué? ¿Y por qué ahora? ¿Y por qué en la calle? ¿Por qué nadie viene a rescatarme? Lo peor de todo es que me encontraba fatal y lo único que me apetecía era echarme en la cama. Mala suerte.

Sin más, me echó la charla sobre si estaba perdida, sino habría muchas cosas en el mundo que no entendía, si no me gustaría saber las respuestas, saber qué estaba haciendo mal... Y yo prestándole atención con toda mi buena fe mientras, con un casco, escuchaba Closer, de NIN, muy apropiada para el momento.

Para zanjar el tema, me sacó un taco de folletos de los cuales, uno de ellos, le dije que ya lo tenía de una vez anterior que me comieron la oreja. Me preguntó: ¿lo has leído? Lo peor es que tuve que admitirle que sí, siempre los leo. Suerte que no me preguntó mi opinión al respecto, porque ese folleto en concreto me puso de mala ostia, y se lo hubiera dicho ahí mismo a pesar de que podría haberme arriesgado a otros muchos minutos de charla interminable.

Me dio otros dos nuevos para mi colección: ¡Peligro! Menores en Internet, y ¿Predice la Biblia el futuro? Muy sugerentes los dos. Ya he invertido parte de mi tiempo leyendo este último, y me duele bastante el entrecejo de tenerlo todo el rato fruncido. En él nos habla de cómo en la Biblia se reflejan aspectos de nuestro pasado que ya en su momento predijo Jesús. Lo mejor son los ejemplos que te dan: Conflictos internacionales -"Se levantará nación contra nación y reino contra reino", Hambre generalizada -"habrá escases de alimento"-, Fuertes terremotos -"habrá grandes terremotos"-, Enfermedades incontrolables -"Habrá... pestes" y se quedó a gusto el tío-, crisis moral y social -"por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte"-. Teniendo en cuenta que Jesús murió a manos de un Rey que se sintió amenazado por su persona, por la influencia que ejercía en el pueblo judío, un pueblo enfermo y hambriento, desmoralizado y pobre, poco predijo. Simplemente miró a su alrededor y dijo en voz alta lo que veían todos, y que por desgracia, perdura hoy día. No sé. Tampoco quiero meterme mucho en esto.

Pero lo que sí me ha dado miedo, son algunas de las predicciones que añaden que están aun por suceder: la muerte desaparecerá -¿longevidad? ¿inmortalidad? ¿qué me estás contando?-y los muertos resucitarán -vaya hombre, ahora me vienen con que personajes como Hitler podrían volver a la vida...-. Y por si, como yo, te has quedado realmente acojonado, concluyen con una invitación tipo "Ven, únete a nosotros, que nosotros te ayudaremos a formar parte del futuro."
Amén tú.

A pesar del tono que pueda entenderse en esto que digo, respeto las creencias de cada uno, pero no las formas de llevarlo a cabo. No lo hagas a través de la manipulación de la realidad, de ejemplos tan fáciles puestos en boca de Dios. Me da por culo, coño. Pero sobretodo, no lo hagas parando a la gente que camina felizmente por la calle de regreso a casa, deseando acostarse porque se encuentra mal. Sólo pido eso, ofú.

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Un pequeño llamamiento

>> miércoles, 18 de febrero de 2009

Ahora ya es en serio. A todas esas viejas que llegados los 60 han decidido bajar los kilos que llevan acumulando desde los 30 a base de paseos por toda la ciudad: por dios, me parece muy bien lo que hacéis para perder vuestro tiempo de jubiladas cuando no estáis en la peluquería, respeto que vayáis a menos mil por hora y que os metáis las unas con las otras a través de cansinas conversaciones sobre lo maravillosos, estupendos y perfectos que son vuestros hijos y sus increíbles hazañas logradas en la vida, pero, ¡joder! ¡Ir en fila de uno y sin ocupar toda la puta calle, que no todos estamos paseando tontamente por la ciudad!

Cago en tó.

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Buenos días por la mañana y un cojón

>> martes, 17 de febrero de 2009

No son ni las diez de la mañana y ya han estado a punto de atropellarme dos veces en los 10 minutos que he podido estar en la calle, de camino y regreso a la Facultad.

La primera, yendo a mi clase de las 8.30, intentando adelantar a un grupo de cuatro señoras que ocupaban la acera entera pese a que ésta no es pequeña, precisamente. Hacen falta seis personas apelotonadas las unas contra las otras para obstaculizar la calle, pero ellas solitas se bastaban para jodernos a los que íbamos detrás con nuestras prisas de 'llegotardeaclase,ostia'. El incidente ocurrió cuando, viendo un pequeño hueco que se formaba junto a una de estas estimadas señoritas, pasé por su lado justo en ese instante en que le dio por menear el bolso , golpeándome de tal manera que me echó a la carretera en el momento exacto en que pasaba un coche. Suerte de que en ese momento estaba cambiando de carril y me pasó a un suspiro de cerca, que sino, estaría ahora filosofando sobre la vida en la taberna del cielo junto con Bryan, Kurt Cobain, Hemingway y Van Gogh -o eso es lo que me gustaría hacer, vaya xD Ya puestos...-

Lo peor de todo es que encima la vieja de los cojones tiene la cara de gritarme ¡que tenga cuidado! Pero vamos a ver, hijadelagranputa, has sido tú quien me ha empujado medio metro fuera de la acera con un movimiento de bolso, ¿y soy yo la que debo andarme con ojo? Tienes suerte de que tuviera prisa y que aun tenía el susto encima, porque me faltó poco para arrearle con el mío, que hoy lo llevaba inusualmente lleno de cosas. Le habría partido la cabeza con mi guía del alumnado. Puta vieja.

Y ya la segunda vez fue volviendo a mi piso. Al cabrón de turno que sepa dios por qué conserva aun el carné de conducir, le dio por adelantar en pleno paso de peatones. Adelantando al coche que se había detenido para dejarme pasar, claro. Y porque he oído las ruedas quemando suelo, que del susto me quedé estática, que sino, habría volado unos cuantos metros cual Superman en pleno despegue. La repanocha: ¡me pita! ¡Cómo si yo lo hubiera hecho mal! La gracia: un colega que venía conmigo gritando todo el recopilatorio de insultos reconocidos en nuestro país e incluso en otros. Se quedó a gusto. A mí me faltó lanzar mi bolso-ladrillo en dirección a la luna del coche. Falta de reflejos, supongo. Ahora cuando tenga que volver a salir a las 12.30, iré ya con el bolso en posición de salir disparado, sólo por si acaso.

¡Putos locos!

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Temas de ascensor II

>> lunes, 16 de febrero de 2009

Señora de abrigo hortera y pelo electrocutado sube al ascensor. Yo salto antes de que se me cierren las puertas. Ella pulsa el seis y se vuelve hacia mí:

- ¿A qué piso vas?- pregunta.

- Al cuarto.

- Oh, ¡qué bonito! Parece una silla del Ikea, ¿verdad?

Insertar aquí sonrisa falsa de "no estoy para nada acojonada de estar encerrada con semejante personaje en un ascensor, no" aquí. Estos suecos...

¡Que me hablen a mí de momentos surrealistas!

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Es la una de la madrugada, sí, y qué

>> sábado, 14 de febrero de 2009


Hay ilusiones que se van perdiendo a lo largo del tiempo. Porque se olvidan. Porque se transforman. Porque se canjean por algo que vale menos, o simplemente, por falta de costumbre.

Hay sueños que se apagan, que se consumen, que se pierden sin más cuando dejas de sentirlos, ahí dentro de ti, en el momento en que alguien te los arranca y decides tontamente dejar que se vayan. Porque duelen. Porque queman. Porque te atrapan en un punto sin sentido.

Hay corazones que mueren tras un ataque de pena, resentimiento y dolor. Hay latidos que se paran y no vuelven a latir. Una parte de mí lo agradecía. La otra, en cobarde silencio, lo extrañaba.

Hay días en los que no puedo dormir, sin alguna razón, la cabeza que no deja de pensar aun cuando el resto de mi cuerpo se consume en la noche, en esos tragos de melancolía e irrealidad.

A veces me paro y me pregunto qué es lo que quiero. Se me ocurren muchas respuestas; otras sé que irán apareciendo, y algunas otras reniego de que existan. No las quiero.

Y sin embargo, el sabor agrio de una cerveza corrió por mi garganta trayendo nuevas emociones que no sé si quiero, pues en estos momentos de duda e incertidumbre, en ese punto medio de la soga de un equilibrista, sólo siento que estoy en mi completo estado de patetismo.

Una mierda.

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Vanity Fair se viste para los Oscar

>> martes, 3 de febrero de 2009

Así es. Coincidiendo la salida de su próximo número de marzo con la esperada gala de los Oscars, la famosa revista ha decidido dedicarle unas cuantas páginas y fotografías a aquellos actores, actrices, directores y realizadores que creen han tenido una química ciertamente especial a la hora de trabajar juntos.

Alguna de esas fotografías me han gustado tanto que no he podido evitar no traerlas aquí, empezando por esta:


El amo Clint Eastwood no es que esté sólo guapo, es que está increíble. Esta es sin duda la mejor fotografía de todo el número. Me encanta.



He aquí a dos de mis ídolos: Christopher Nolan, el señor que me ha quitado el miedo a ver una película de Batman sin huir de las mallas y de los disfraces de Carnaval y que me ha hecho estimar las películas cuyo misterio no se resuelve hasta el último minuto -como ocurriera en El Truco Final-, y el fallecido Heath Ledger. Creo que de él no tengo ni que hablar, sólo que me cuesta creer que ya haga un año que nos quedáramos sin él, sin su talento, con un papel tan increíble como es el del Joker.


Sean Penn y Gus Van Sant. No he visto Milk, pero sólo por Sean, tenía que poner la puta foto. Ay, jodío. Cómo te quiero.


Sam Mendes y Kate Winslet. Tampoco he visto Revolutionary Road -para qué engañarnos. No he visto ninguna de las películas nominadas a los Oscar salvo The Dark Knight, Kung Fu Panda y Bolt-, pero Sam Mendes se ganó mi atención gracias a American Beauty, y Kate... Bueno, me gustaba hasta que se dejó influenciar por Hollywood, sus estereotipos y quedó cautivada por los influjos del potochop. Joder. Me jodía y me jode mil que siempre la llamaran la curvilínea Kate Winslet, cuando era, por el contrario, de las actrices con el cuerpo más sano del mundo, pero que ella les haya hecho caso es... En fin. Una decepción.



Darren Aronofsky y Mickey Rourke. Increíble. El Luchador es una de las películas de este año que tengo un huevo de ganas de ver, entre muchas cosas, para acordarme de Iria cuando suene su amado Bruce de fondo -jejeje-. Y porque, dicho sea de paso, pinta de ser ¡la ostia!


De estos dos paso mil, y de su peli Ángeles y Demonios, aun más. Pero me hacían gracia. Ron Howard porque cada vez que lo veo pienso en su versión animada en bata y gorra de Los Simpsons -y porque estoy enamorada de su yerno, todo sea dicho-, y Tom Hanks porque sí, porque con sólo verlo le dan a una ganas de mearse encima. No sé si de risa, o de miedo. Qué mal está, por dios. Se nos hace mayor.

Y bueno, estas son las fotos que me da la real gana de colgar, porque paso mil de poner a Pe haciéndole carantoñas a Woo, porque Nicole Kidman me da el más puro asco, y porque sí, que para algo esto es mi blog y hago lo que me sale de los más profundo de mi corazón.

Pero por si tenéis curiosidad por el resto de fotos, entrad aquí: Vanity Fair

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¿Llenamos otra?

>> lunes, 2 de febrero de 2009


¿Por qué hay tanta gente que cree y cumple lo que dijera un carpintero hace ya 2008 años? O en las palabras de un Quraysh criado por beduinas, o en la búsqueda espiritual del hijo de un noble nacido en el Nepal.

En esto derivó nuestra conversación el sábado cuando salimos de tapas, en el momento en que Emilio nos deleitó con la increíble historia de cómo unos Testigos de Jehová intentaron comerle la cabeza a las puertas de su piso, con tan buena suerte de que lo pillaron ese día hablador y con ganas de escucharlos y contarles, a su vez, sus teorías.


Entonces nos planteó la misma pregunta del principio: ¿Por qué
tenemos que creer en esas historias que nos hablan de un carpintero que vivió hace dos mil años?

No se trata de creer en lo que él hiciera o no, sino en tener fe de que cosas así pueden ocurrir, que de verdad hay alguien que te escucha cuando lo necesitas
, respondió Mary.

Eso es sólo una percepción egoísta del ser humano, se me ocurrió decir. Estás mal y esperas a que otro obre el milagro por ti. La fe es una solución a tus problemas; recurres a ella para explicar lo que no puedes explicar tú y para solucionar lo que está fuera de tu alcance. No sé, no lo entiendo. Admito que no estaba de lo más inspirada en ese momento. Cuando íbamos por la tercera cerveza, llenando la cuarta, mi cabeza estaba más pendiente de las croquetas que en la religión. Gorda yo.

Entonces todo derivó en un debate sobre
si tú estuvieras mal, ¿no recurrirías a la fe? A lo que me negué una y mil veces con ejemplos reales míos y un atracón de croquetas y ensaladilla.

Fue entonces cuando Emilio recordó la razón por la que había empezado todo aquello, reiteró en lo mismo, en lo que él pensaba, y como Mary y Noe no querían comprenderle del todo, les expuso lo siguiente:


Imagínate que de repente se pierde la tecnología, que no queda ni un sólo ápice de electricidad en el mundo, que desaparecen todos los libros y toda la información que nosotros tenemos del pasado, y de nuestra propia historia. Volvemos a vivir en cuevas, como animales, cazando y emigrando según las estaciones para encontrar comida y agua. Y ahora piensa que, sin más, encuentran... no sé, la primera parte del Señor de los Anillos, y se toman la historia al pie de la letra. Nosotros sabemos que es una novela escrita por un señor como nosotros, pero ellos no, así que, sin más, creen que de verdad existió una tierra llamada Mordor en el pasado, en nuestros tiempos, que nos matamos los unos a los otros por el Anillo de Poder, que hubo Elfos y Enanos, y se ponen como locos a buscar el anillo. ¿No piensas que es absurdo? -aquí yo moría sólo con la idea de imaginar a alguien buscando el Anillo Único de Poder- ¿No es algo así lo que podríamos estar haciendo nosotros ahora?

Al margen de mi opinión al respecto sobre Dios y la religión, visto del modo en que lo planteó Emilio, da qué pensar. No voy a extenderme en ello. Sólo quería plantear esa magnífica cuestión, sin dar mi opinión al respecto. Me hizo gracia, y ya está.

¿Os imaginais?

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