Buenos días por la mañana y un cojón

>> martes, 17 de febrero de 2009

No son ni las diez de la mañana y ya han estado a punto de atropellarme dos veces en los 10 minutos que he podido estar en la calle, de camino y regreso a la Facultad.

La primera, yendo a mi clase de las 8.30, intentando adelantar a un grupo de cuatro señoras que ocupaban la acera entera pese a que ésta no es pequeña, precisamente. Hacen falta seis personas apelotonadas las unas contra las otras para obstaculizar la calle, pero ellas solitas se bastaban para jodernos a los que íbamos detrás con nuestras prisas de 'llegotardeaclase,ostia'. El incidente ocurrió cuando, viendo un pequeño hueco que se formaba junto a una de estas estimadas señoritas, pasé por su lado justo en ese instante en que le dio por menear el bolso , golpeándome de tal manera que me echó a la carretera en el momento exacto en que pasaba un coche. Suerte de que en ese momento estaba cambiando de carril y me pasó a un suspiro de cerca, que sino, estaría ahora filosofando sobre la vida en la taberna del cielo junto con Bryan, Kurt Cobain, Hemingway y Van Gogh -o eso es lo que me gustaría hacer, vaya xD Ya puestos...-

Lo peor de todo es que encima la vieja de los cojones tiene la cara de gritarme ¡que tenga cuidado! Pero vamos a ver, hijadelagranputa, has sido tú quien me ha empujado medio metro fuera de la acera con un movimiento de bolso, ¿y soy yo la que debo andarme con ojo? Tienes suerte de que tuviera prisa y que aun tenía el susto encima, porque me faltó poco para arrearle con el mío, que hoy lo llevaba inusualmente lleno de cosas. Le habría partido la cabeza con mi guía del alumnado. Puta vieja.

Y ya la segunda vez fue volviendo a mi piso. Al cabrón de turno que sepa dios por qué conserva aun el carné de conducir, le dio por adelantar en pleno paso de peatones. Adelantando al coche que se había detenido para dejarme pasar, claro. Y porque he oído las ruedas quemando suelo, que del susto me quedé estática, que sino, habría volado unos cuantos metros cual Superman en pleno despegue. La repanocha: ¡me pita! ¡Cómo si yo lo hubiera hecho mal! La gracia: un colega que venía conmigo gritando todo el recopilatorio de insultos reconocidos en nuestro país e incluso en otros. Se quedó a gusto. A mí me faltó lanzar mi bolso-ladrillo en dirección a la luna del coche. Falta de reflejos, supongo. Ahora cuando tenga que volver a salir a las 12.30, iré ya con el bolso en posición de salir disparado, sólo por si acaso.

¡Putos locos!

4 huellas:

Marino 17 de febrero de 2009, 2:10  

Yo también odio a las viejas que ocupan toda la acera... ¬¬

Lur 17 de febrero de 2009, 2:13  

¡Montemos una asociación! No a las viejas marujonas que se creen dueñas de la calle. Pa gente sin ley, ya tenemos a los putos canis.

Ekhi 17 de febrero de 2009, 12:36  

Espero que cuando me llegue la hora, no sea tan japuta como las viejas xD
Si te sirve de consuelo, a una compañera que iba conmigo en el coche y a mí, casi nos arrolla un bendito camión ^^

Iria 17 de febrero de 2009, 15:48  

Clase a las 8:30 ?? que mierda de mundo tía...

Por cierto, hay algo peor que una viejuna que acapara la acera y es una viejuna que además de necesitar toda la calle para mover su inmenso culo lleva paraguas. No solo te empujará a la calle, te sacará un ojo.

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